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miércoles, 19 de octubre de 2016

ESTRATEGIA PARA TRABAJAR LOS VALORES

Diariamente estamos reforzando valores  en los ambientes de aprendizaje y  siempre se  repite a los niños lo que deben o no hacer, la forma de comportarse, que  hacer o que decir ante diversas circunstancias, no obstante, debemos recordar que la primera escuela que tienen los niños es el hogar,  la familia la que enseña los valores y principios que forman la personalidad de los pequeños, por lo cual, el trabajo de los educadores es fortalecer lo que traen de casa y ayudar a que éstos prevalezcan en el tiempo.

            Por lo antes expuesto, es importante que se usen estrategias  que permitan a los estudiantes establecer el conjunto de valores que rigen su vida,  que los ayude a clasificarlos y tener clara su personalidad, por tanto propongo una idea sencilla, divertida, dinámica e interesante que pueden aplicarla con su grupo de estudiantes  para abordar este tema, lo cual es el credo, que consiste en un conjunto de  creencias, doctrinas, normas que cada persona, incluso cada organización debería tener, se puede hacer de manera individual o grupal, incluso pudiese usarse para establecer las normas de convivencia.    Por ejemplo, el Credo de Aquiles Nazoa, escritor, el credo de Reinaldo Armas, cantante, el  credo de la iglesia católica, y así muchos más.

            A continuación, me tomo el atrevimiento de compartir con ustedes mi credo personal:

            Comenzaré el relato sobre mis creencias con la primera frase de la canción de nuestro querido cantautor  Reinaldo Armas “creo en Dios Padre creador del universo, en el hijo y en el Espíritu Santo…!  Sí, creo en Dios como creador del mundo, del ser y de todo aquello que está a nuestro alrededor, que hizo Él para nosotros.
Creo en la vida como símbolo de esperanza y como prueba de la generosidad de Dios  y un ejemplo claro para mí  es que me dio la dicha de ser madre y tía.
Creo también en el amor, el amor de madre a quien le debo la vida, lo que soy, la fortaleza, el optimismo y el deseo de ser cada día mejor persona; en el amor de familia, el amor de pareja, el amor entre amigos.
            Creo en la amistad verdadera y en que es posible que exista entre un hombre y una mujer.
            Creo en el respeto como la base de todas las relaciones humanas e interacciones entre el hombre y  los demás elementos de la naturaleza.
            Creo en que cada persona es única, irrepetible, incomparable y  valiosa, por tanto merece ser querida y aceptada como es.
            Creo también en la buena voluntad de muchas personas por su sencillez, humildad                y  generosidad en sus actos.
            Creo en un futuro mejor  para el mundo lleno de comprensión, paz, libertad y libre de tanta maldad y contaminación.
            Creo en el poder de la palabra que alimenta y acerca, pero a veces también daña y aparta.
Creo en el poder de la oración que alivia quebrantos, aleja tristezas, fortalece el espíritu, cura enfermedades y aleja la maldad.
Creo en el perdón dado y recibido como símbolo de reconciliación entre hermanos ofendidos y humillados.
Creo en el poder curativo de las plantas, frutas y algunos animales, pues es la función que Dios les dio en la tierra.
Y  en  la inteligencia, la autoestima, la motivación, la creatividad y la originalidad   como elementos únicos dentro del ser para alcanzar la felicidad.
Además, creo en el trabajo en equipo como medio para debatir, compartir opiniones e ideas para tomar decisiones importantes que nos ayuden a crecer, a enriquecer el conocimiento, a madurar  y fortalecer nuestras habilidades y virtudes a través de lindas experiencias.
Creo  en que el conocimiento y el orden pueden salvarnos de la monotonía,  de la ignorancia, la locura  y  la desesperación.
Creo sin duda alguna en mi profesión como educadora, como  la más valiosa de todas y forjadora del futuro.
Creo en los sueños y abstracciones porque son medios para imaginar y luchar por cosas mejores.
Creo en mí y en ti pues de alguna manera Dios nos acercó e hizo posible nuestro contacto porque somos capaces  de volar alto para alcanzar nuestros sueños.
También creo en la muerte como parte de la vida y cuyo proceso es el descanso del mundo material para pasar a una dimensión desconocida pero inevitable e interesante a su vez.
Por último, creo en que No “hay que ver para creer”, sino más bien “creer para ver”; porque si creo en Dios, lo veré en todo aquello y  todo aquel que esté junto a mí.

                                                                                Bendiciones!!!!!!



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