Ortografía
(Parte VI)
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Además de la coherencia, pertinencia,
concordancia, ortografía, léxico y estilo, existen unos signos muy valiosos que
le dan calidad, elegancia y sentido a lo
que se escribe, éstos son los signos de puntuación, así que si no los usamos
adecuadamente, puede suceder que no nos comprendan lo que escribimos o cada persona que lo lea le da
una interpretación diferente, por tanto, no debemos olvidarlos nunca.
Para destacar la importancia de
dichos signos, presentaré un ejemplo tomado del libro “La Aventura de Aprender”
de Pablo Ríos Cabrera.
Tres hermanas: Soledad, Julia Irene,
estaban enamoradas de un galán que era poeta, para establecer a cuál de ellas
amaba, le pidieron que les escribiera.
El poeta escribió el siguiente
texto:
Tres bellas que
bellas son
me han exigido las
tres
que diga cuál de
ellas es
la que ama mi
corazón.
Si obedecer es razón
digo que amo a
Soledad
no a Julia cuya
bondad
persona alguna no
tiene
no aspira mi amor a
Irene
que no es poca su
beldad.
Cada hermana le puso signos de puntuación a la segunda parte del
texto, los resultados fueron:
Soledad
Tres bellas que bellas
son
me han exigido las
tres
que diga cuál de
ellas es
la que ama mi
corazón.
Si obedecer es razón
digo que amo a
Soledad,
no a Julia cuya
bondad
persona alguna no
tiene.
No aspira mi amor a
Irene,
que no es poca su
beldad.
Julia
Tres bellas que
bellas son
me han exigido las
tres
que diga cuál de
ellas es
la que ama mi
corazón.
Si obedecer es razón,
digo que ¿amo a
Soledad? No.
A Julia cuya bondad
persona alguna no
tiene.
No aspira mi amor a
Irene,
que no es poca su
beldad.
Irene
Tres bellas que
bellas son
me han exigido las
tres
que diga cuál de
ellas es
la que ama mi
corazón.
Si obedecer es razón
digo ¿qué? ¿amo a
Soledad? No.
¿A Julia cuya bondad
persona alguna no
tiene? No.
¿Aspira mi amor a Irene?,
que no es poca su
beldad.
Después de esto, persistía la
confusión por lo cual le solicitaron al galán que fuese él mismo quien puntuase
el escrito. El resultado fue el
siguiente:
Tres bellas que
bellas son
me han exigido las
tres
que diga cuál de
ellas es
la que ama mi
corazón.
Si obedecer es razón
digo que ¿amo a
Soledad? No.
¿A Julia cuya bondad
persona alguna no
tiene? No.
¿Aspira mi amor a
Irene?
¡Que! ¡No! ¡Es poca
su beldad!
¿Observan la diferencia?, entonces
deseo que de ahora en adelante cuidemos la escritura, así nos daremos cuenta que no es lo mismo
escribir:
¿Depositaron sueldo?
A
¡Depositaron sueldo!
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